Aunque fue criado en una familia religiosa de la Iglesia de Irlanda, Lewis fue un ateo la mayor parte de su juventud. Su separación del cristianismo comenzó cuando empezó a ver su religión como una tarea y un deber. También adquirió interés en el ocultismo mientras sus estudios lo llevaban a ello. Lewis citaba a Lucrecio como quien tenía el argumento más fuerte a favor del ateísmo:
Nequaquam nobis divinitus esse paratam Naturam rerum; tanta stat praedita culpa | Si Dios hubiera diseñado el mundo, no seria Un mundo tan frágil y defectuoso como lo vemos |
Mientras que en su juventud Lewis, intelectualmente, era ateo, después diría en su autobiografía (Sorprendido por la Alegría) que en realidad él estaba “muy molesto con Dios por no existir". Influenciado por argumentos de sus colegas Católicos Romanos en Oxford, principalmente por su amigo J.R.R. Tolkien y por el libro de G. K. Chesterton, El Hombre Eterno, así también como por el escocés George MacDonald y sus cuentos fantásticos, lentamente fue redescubriendo el cristianismo. En 1929 vino a creer en la existencia de Dios aunque peleó fieramente en contra de ella. Describió su lucha intelectual en su autobiografía:
En 1931 después de una larga discusión con Tolkien y otro de sus amigos cercanos, Hugo Dyson, Lewis se convirtió al Cristianismo y, en contra de lo querido por Tolkien, se unió a la Iglesia de Inglaterra. El propio Lewis escribió al respecto:
Aunque anglicano, los conocimientos católico-romanos de Lewis se revelan en algunos de sus escritos (lo cual sugeriría cierta inclinación); por ejemplo, en su libro “Cartas del Diablo a su sobrino”, el demonio Screwtape aparece recomendando tentaciones con ciertos pecados más que con otros para hacer perder la salvación al creyente, validando así la doctrina romana del Pecado mortal, e implicando que posiblemente Lewis creía en el sistema católico de clasificación de pecados y penitencias, incluyendo el Purgatorio. Sin embargo, se debe señalar que Lewis también escribe en el prefacio: “Lectores, os aconsejo recordar que el diablo es un mentiroso". No todo lo que Screwtape dice se debe asumir como verdad, incluso desde su propio ángulo.
A.N. Wilson en su libro C. S. Lewis Biografía señala la siguiente cita de Lewis respecto a un libro que éste escribió titulado Reflexiones sobre los Salmos
«...¿Acaso en el Purgatorio veremos nuestros rostros y oiremos nuestra voz tal como era en realidad?» C. S. Lewis, Biografía
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